domingo, 10 de febrero de 2013

Infancia, agri-dulce recuerdo...

Se puede decir que tuve una infancia bastante particular... Pero en el fondo, no todos la tuvimos? O al menos no todos nos sentimos así al respecto? Esto que voy a contarles es algo muy sensible para algunos pero muy "simple" para mí. Es más, lo considero uno de los hechos menos complejos de mi vida. Pero todos somos distintos y por ende no reaccionamos de la misma manera en situaciones similares. Mientras leo y escribo esto, a la vez, me doy cuenta que tengo un doble discurso. Y sí, es mi esencia ser tan contradictoria. No lo puedo evitar. Digo esto porque por un lado opino que este hecho no fue lo más importante de mi vida pero por otro lado sé que éste condicionó mi existencia. Mi vida está forjada desde el abandono. Pero no afloró en mí un miedo al mismo. Sino que a partir de este suceso la serie de eventos que lo preceden son transitados por un camino donde el abandono es una constante que se repite de manera profusa (bueno, por ahí exagero un poco, pero es bastante). Lo único que sé de mi nacimiento es que éste fue el 06 de marzo de 1985. No sé en donde, no sé a qué hora, ni quién fue la partera que atendió a mi madre. Ni tampoco en qué barrio. Apenas si recuerdo el nombre de mi madre, Susana, creo. Para escribir esto debería investigar pero me parece poco sincero. Acá escribo sobre mi vida, no sobre los datos que recolecté sobre la misma. Sé que ella tenía 2 hijos mayores que yo, en ese momento. Y no podía cuidarme y darme todo lo que necesitaba. Así que decidió llevarme a la Casa Cuna de Formosa Capital, provincia de Formosa. Me contaron que estaba en condiciones deplorables. Mucha flema, problemas de respiración y nutrición. Era muy unida a otro bebé que estaba igual que yo. Con los mismos problemas. Se ve que eso fue lo que nos unió. Afortunadamente una nena de 12 años que estaba como voluntaria en el hogar se enamoró de mi. Vanesa, mi hermana. Siempre iba a verme, me alimentaba, hacía mis curaciones. Todos los bebes le gustaban, pero yo era diferente decía. Había algo en mí que le llamaba la atención, más de lo normal. Tal fue así que sintió la necesidad de hablar con mi mamá y contarle sobre mi situación, el estado de mi salud, en fin.   No recuerdo exactamente como fue, pero sé que mi mamá sintió lo mismo que mi hermana y luego de visitarme reiteradas veces decidió que lo mejor era adoptarme. Como todos sabemos la adopción en este país es bastante compleja. No es como cuando un famoso de Hollywood decide ir a "retirar" un chico a África o lo manda a traer de China. Acá todo es un tema de burocracia. Y encima si estamos en Formosa, todo papel legal a nivel nación es enviado hacia la Capital Federal. Una vez que todo está aprobado vuelve a Formosa. Así que la paciencia es una virtud en situaciones como esta. Y mi mamá estaba más que dispuesta a tenerla. A diferencia de la mayoría de las adopciones, mi vieja no quería adoptar porque no podía tener hijos, ya tenía a mis hermanos Taty (el mayor) y Vanesa (la del medio). Fue más bien una cuestión espiritual. No se puede describir con palabras. En fin, mientras los papeles iban y venían mi mamá tenía permiso para llevarme a pasar el día a su casa siempre y cuando me dejase en Casa Cuna por la noche, justo para la hora de dormir.  La lentitud del proceso era tal que en medio del mismo mi familia tenía un viaje que ya habían planeado mucho tiempo antes de conocerme. Así que una tía mía se hizo cargo de mi mientras ellos no estaban. El problema fue que durante ese tiempo mi salud empeoró bastante, tal así que cuando mi mamá me vio, a su vuelta, se horrorizó y decidió llevarme a casa pero de manera definitiva. Le dijo a mi padre: "Tito, yo a esta nena me la llevo, no pisa más este lugar. Arreglá como sea pero yo me la llevo!". Y fue así como me convertí en un miembro estable de la familia. Sí, el hecho de ser adoptada para mí no es triste, ni especial, ni nada. Pero se ve que inconscientemente este hecho me afectaría a futuro en varios aspectos de mi vida. Paciencia, ya se van a dar cuenta a medida que vayan leyendo el libro.
  Debo decir que mi familia hizo un gran trabajo para manejar esta situación. No intentaron "borrarlo" pero tampoco lo nombraban constantemente. Me sentaron un día y me explicaron de donde vine, por qué mi madre biológica tomó tal decisión y que lo único necesitaba saber es que ellos me amaban mucho y que por eso ellos en el fondo eran mis verdaderos padres y la verdad que es lo único que me importa hasta el día de hoy. La única objeción que tengo, ahora de grande y luego de haber madurado, es que me parece que hubiera sido bueno que yo conozca a mi madre biológica. Si bien mis padres nunca ocultaron la situación sí les incomodaba bastante hablar del tema. No porque les diese vergüenza que yo no tuviese su misma sangre corriendo por mis venas, sino que tenían miedo de que a mí me doliera ahondar en el asunto. Y más luego de un episodio que viví en la escuela a los 7 años. Un día, mientras estaba en mi curso anotando lo que la maestra dictaba, vino la directora del colegio y luego de saludarnos a todas dijo fuerte:"Silvia, tu mamá te busca". Yo salí corriendo muy contenta pensando que me iba a encontrar con mi madre. Pero mi sorpresa fue enorme cuando descubrí que la que me esperaba no era ella sino mi mamá biológica. Estaba ella con mis dos hermanas mayores y un bebé. Si había otro niño no lo recuerdo bien. Lo que sí me quedó grabado fue el sentimiento de desilusión al no encontrarme con la que yo llamaba "mamá". Supongo que habían arreglado con mis viejos en que la adopción sería cerrada, es decir, que mi familia biológica no tenía derechos sobre mí. Al decirlo así suena como cruel o duro pero es la ley y hay dos partes que aceptan. Al llegar a mi casa les conté lo sucedido a mis padres. Luego de esto no me acuerdo más de nada, pero mi hermana me contó que mi papá fue furioso al colegio y se enfrentó a la directora ya que ella estaba al tanto de mi situación y por lo tanto jamás debería haber dejado a esa mujer acercarse a mí y menos sin antes consultarlo con ellos. Mi papá es un hombre muy educado por lo que decir malas palabras no es algo que lo caracteriza. Sin embargo estaba muy enojado con la directora y luego de explicarle los motivos por los cuales su actitud era repudiable, para ponerle un poco más de énfasis finalizó con:"USTED ES... UNA CUCARACHA! ESO ES!!" (??????????). Después de esto nunca más vi a mi madre. Mis padres me preguntaron si quería verla pero al verlos tan mal -mi mamá desconsolada diciendo que ella era mi verdadera madre ya que ella era la que me crió y mi papá consternado por verme tan chiquita enfrentando semejante situación- decidí que no. Sentí que al decir que no ellos se sentirían mejor y creo que así fue. Un tiempo después mi hermana, en su afán por hacer el bien, me preguntó un par de veces si realmente no quería verla más. Y yo siempre respondí que no, que era mejor así. Insisto, siempre fue para protegerlos a ellos, en mí no reparaba a la hora de tomar esa decisión. Hoy día creo que hubiera sido bueno verme con ella. Hacerle saber que está todo bien, que no pienso que porque me dejó en ese lugar ella era una mala persona, al contrario, me salvó la vida. Tal vez lo sabe pero creo que viniendo de mí sería distinto. Bueno, como decía Nimo:"Por lo menos así lo veo yo".

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